A. Las Sagradas Escrituras:
Las Sagradas Escrituras son inspiradas verbal y plenariamente por Dios, son seguras e infalibles y por lo tanto, la autoridad final de todo asunto de fe y práctica. Los sesenta y seis libros que componen el Antiguo y Nuevo Testamentos son la revelación completa y divina de Dios para el hombre. II Tim. 3:16.
B. El Dios verdadero:
Creemos que existe solamente un Dios viviente y verdadero. Infinitamente inteligente y Espiritual, Creador y Gobernador supremo del Cielo y de la Tierra (Gn. 1:1; Sal. 90); que El es inexpresablemente Sabio y gloriosamente Santo, y por lo cual es Digno de todo honor, confianza y amor; que en Su esencia, existen tres (3) personas: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, iguales en divina perfección y que ejecutan distintos pero armoniosos oficios en su Gran Obra Redentora y en el cumplimiento de Su eterno plan y propósito (I Jn. 5: 6-12).
C. El Hijo:
Creemos que Cristo Jesús, el Eterno Hijo de Dios, se hizo hombre, sin dejar de ser Dios, habiendo sido concebido por el Espíritu Santo y nacido de María, una virgen, para así poder revelar a Dios a la humanidad y redimir al hombre pecador (Isa. 7:14, 9:6; Lc.1:35; Jn.1:1-2,14). Creemos que el Señor Jesucristo cumplió nuestra redención a través de su muerte representativa, vicaria, substituciónaria y sacrificial en la cruz; y, que nuestra justificación fue garantizada y asegurada por su resurrección física y literal de entre los muertos (Hch.2:18-36; Ro.3:24,25; I Pd.1:3-5, 2:24; Ef.1:7). Creemos que el Señor Jesucristo ascendió al cielo y que ahora esta sentado a la mano derecha de Dios, donde, como nuestro Sumo Sacerdote, desempeña el ministerio de Representante, Intercesor y Abogado (Hch.1:1-10, 9:24,7:25; Ro. 8:24; I Jn.2:1,2).
D. El Espíritu Santo:
Creemos que el Espíritu Santo es una persona quien trae convicción al mundo de pecado, juicio, y justicia; y, que Él es el agente supernatural en la obra de regeneración. Creemos que toma su morada en el creyente y le sella para el día de redención (Jn. 16: 8-11; Ro.8:9: I Cor.12:12-14; II Cor. 3:6; Ef.1:13, 14). Creemos que El es el Maestro quien ayuda a los creyentes a comprender y apropiarse de las Escrituras (Ef.1:17,18, 5:18). Creemos que Dios es soberano en el otorgamiento y distribución de los dones espirituales a todo creyente. Dios usa a evangelistas, pastores, y maestros para equipar a los creyentes en la iglesia local, para que así puedan desempeñar la obra del ministerio (Ro.12:3-8; I Cor.12:4-11, 28; Ef.4:7-12). Creemos que los dones de "señal" del Espíritu Santo, tales como el hablar en otras lenguas y el don de sanidad, fueron temporales.
E. La Depravación Total del Hombre:
Creemos que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios, pero que en el pecado de Adán, cayó la raza humana, heredando una naturaleza pecaminosa y por lo tanto, fue separada de Dios, conforme al relato histórico y literal de los hechos en Génesis. El hombre es totalmente depravado y en si mismo, absolutamente incapaz de remediar su condición perdida. En base de la armonización entre la revelación de Dios y la verdadera ciencia, rechazamos toda noción de la evolución del hombre de otras formas de vida ya preexistentes. (Gn.1:26,27; Ro.3:22,23, 5:12, 6:23; Ef.2:1-3, 4:17-19).
F. La Salvación:
Creemos que la salvación es el regalo de Dios traído al hombre por su gracia y recibida a través del arrepentimiento del pecado y de poner la fe personal en la obra redentora del Señor Jesucristo, quien derramó su preciosa sangre para perdón de nuestros pecados (Jn.1:12; Ef.1:7,2:8-10; I Pd.1:18,19).
G. La Garantía y la Seguridad Eterna del Creyente:
Creemos que todos los redimidos, una vez salvos, son guardados por el poder de Dios y de esta manera están seguros en Cristo para siempre (Jn.5:24, 6:37-40, 10:27-30; Ro.8:1, 38, 39; I Cor.1:4-8; I Pd.1:4,5).
H. La Iglesia:
Creemos que la Iglesia local, la cual es el Cuerpo y Novia desposada de Cristo, debe de ser únicamente compuesta de personas nacidas de nuevo que han sido bautizadas por inmersión (I Cor.12:12-14; II Cor.11:2; Ef.1:22, 23, 5:25-27). Creemos en la autonomía de la Iglesia local, libre de cualquier autoridad o control externo (Hch.13:1-14, 15:19-31, 20:28; Ro.16:1,4; I Cor.3:9, 16,5:4- 7,13; I Pd.5:1-4). Creemos en el bautismo en agua, por medio de inmersión y en la Santa Cena, como las únicas dos ordenanzas Bíblicas para obedecer y observar en esta era (Mt.28:19,20; Hch.2:41,42, 18:18; I Cor.11:23-26).
I. La Separación:
Creemos que todos los que son salvos deben de vivir de tal manera, como para no traer deshonra a su Señor y Salvador; que debe haber separación de toda apostasía religiosa, de todo lo que es mundano, y de los placeres, prácticas y asociaciones pecaminosas como Dios lo ha ordenado (Ro.12:1,12, 14:13; II Cor.6:14-17; I Tm.3:1-5; I Jn.2:15-17;II Jn.9-11).
J. El Arrebatamiento y La Segunda Venida de Cristo:
Creemos en esa "Esperanza bienaventurada", el regreso inminente, premilenial, pretribulacional y personal de Cristo Jesús, quien arrebatará a Su Iglesia (arrebatamiento), antes de el periodo de siete (7) años de tribulación. Al final de la tribulación, Cristo, personalmente regresara en forma literal y visible con Sus santos, a establecer Su Reino Mesiánico y Milenial aquí en la tierra tal y como lo prometió a la nación de Israel. (Mt. 25:14; Jn.5:28,29, 11:25; Sal.89:3,4; Dan.2:31-45; Zac.14:4-11; I Ts.1:10, 4:13-18; Tito 2:13; Ap.3:10,19:11-16,20:1-6, 12,13).
K. Satanás:
Creemos que Satanás es un ángel, creado por Dios, quién se rebeló contra Su Creador. Es el autor del pecado y la causa de la caída del hombre; que el se declarado abiertamente el enemigo de Dios y del hombre y será castigado eternamente en el Lago de Fuego (Job 1:6,7; Is.14:12-17; Mt.4:2-11, 25:41; Ap.20:10)
L. El Gobierno Civil:
Creemos que Dios ha ordenado y creado toda autoridad consistiendo de tres instrucciones básicas: 1). El Hogar, 2). La Iglesia y 3). El Gobierno humano. Cada persona debe de estar sujeta a estas tres autoridades (Ro.13:1-7; Ef.5:22-24; Hb.13:17; I Pd.2:13,14).
M. La Obra Misionera:
Creemos que Dios ha dado a la Iglesia la Gran Comisión de proclamar el Evangelio a todas las naciones de tal manera que halla multitudes de cada nación, tribu, grupo étnico, y lengua que crean en el Señor Jesucristo. Debemos también apoyar la obra misionera económicamente según tengamos oportunidad (Mt.28:19,30: Mr.16:15; Lc.24:46-48; Jn.20:21; Hch.1:8; II Cor.5:20)
AUTORIDAD DE LA DECLARACIÓN DE FE
Esta declaración no alcanza a cubrir la extensión de toda nuestra fe. Solamente la Biblia es el único y completo recurso que dicta todo lo que creemos.